Espinacas gigantes fue una de las elecciones que hice para plantar en esta época. A parte de porque es un cultivo que se nos puede dar bien en invierno, he de decir que me gusta de vez en cuando una tortilla de espinacas. Y poder hacerla recién cortadas las hojas, era algo que tenía que probar.

Como escribí a principios de Noviembre, las espinacas fueron plantadas directamente la semilla en la tierra y al poco tiempo ya empezaban a asomar. El brote inicial es bonito y delicado, no se puede uno imaginar que la planta final de la espinaca gigante pueda llegar a tener el tamaño que tiene ahora mismo tres meses después.
Los cuidados que le he dado no han sido en exceso. Al principio estar atento de que la tierra estuviera húmeda. Si pasaba algún día sin regar las espinacas se encargaban de decírmelo. Ponían cara de mustias y caídas. Pero un riego y de nuevo arriba.
Cuándo llegaron las primeras heladas casi las pierdo. Una noche sin tapar y la temperatura por debajo de cero hicieron que al amanecer las encontrara completamente tiradas. Agua, algo mejor de tiempo y esa noche tapadas hicieron que levantaran el ánimo. Y siguieran con su crecimiento. También han tenido que luchar con el fuerte viento cómo conté en su día.
En la siguiente foto se puede ver cómo están ahora tras haber llenado toda una bolsa con hojas de espinacas.

Pueden llegar a una altura de 80-90 cm. Casi nada viendo lo que eran las primeras semanas. Planté tres. Dos se ven ahí y la otra no ha llegado a tirar bien. Pero con estas dos creo que son suficientes para el espacio que tienen en la maceta.
Lo dicho. Espinacas gigantes es un cultivo fácil, de poco esfuerzo y para una época difícil para el huerto urbano como es el invierno. De la tortilla de espinacas no puedo dar cuenta, ya que esta vez no fui yo quién la disfruto. Pero me han asegurado que estaban buenas.
¿Qué te parecen las espinacas gigantes que tenemos en el huerto urbano?
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