Las tarjetas de boda personalizadas son un detalle muy especial que acompaña al regalo y guarda las palabras más bonitas para los novios. En esta ocasión he creado una tarjeta para felicitar la boda de unos amigos, con un diseño muy elegante y romántico, ideal para guardar deseos de felicidad “para siempre”.
Para esta tarjeta he trabajado con cartulinas y papeles ilustrados de color blanco y diferentes tonos de grises. La combinación de estos colores aporta elegancia y sobriedad, al mismo tiempo que un toque moderno. Los papeles están colocados como si formaran una especie de cortina, lo que da sensación de movimiento y profundidad al diseño. Como podéis ver en las imágenes, los tonos neutros y la disposición en cortina aportan un aire muy delicado.

Elementos troquelados con temática nupcial
Uno de los puntos más especiales de esta tarjeta son sus detalles troquelados con cartulina blanca y gris oscuro, siguiendo la línea del resto de la tarjeta. He usado los troqueles de una pareja de novios, una farola de estilo antiguo y una bonita filigrana que enmarca y embellece la composición. Además, la frase “Juntos para siempre” y las iniciales de los novios también están hechas con troqueles, reforzando el carácter personalizado de la tarjeta. En las fotografías se puede ver con detalle cómo los troqueles aportan relieve y personalidad al diseño.


Un recuerdo único para un día inolvidable
Para finalizar la decoración he colocado unas perlas en la parte inferior de la tarjeta. Son detalles sencillos que marcan la diferencia pues completan el proyecto y lo hacen muy especial, aportando un toque de brillo discreto y elegante. Como podéis observar en las imágenes, las perlas y pequeños adornos son el toque final perfecto para la composición.
El resultado es una tarjeta de boda personalizada que acompaña el regalo con estilo y delicadeza. Es perfecta para escribir en su interior unas bonitas palabras de buenos deseos para los novios y convertir ese momento en un recuerdo inolvidable.
Hasta pronto, Diana.