Aquí estoy nuevamente con material desde tierras belga-francesas. La cerveza La Bouffonne es la útlima birra que he probado y de la que os voy a contar cuál es mi opinión.
La cerveza viene en un botellín de 33 cl con una forma algo distinta a las típicas botellas a las que estamos acostumbrados. En la foto se observa bien, al igual que se ve la presentación tan llamativa que tiene. Toda la botella está forrada con un duro plastico de color azul y blanco con distintos dibujos. El más lógico es el que corona la O, un gorro de bufón.
En la etiqueta viene que la cerveza está elaborada y envasada por la Brasserie Vansteenberge, una cervecera belga y con renombre. Puede que los puestos en el tema sepan cuál es, pero para los que no baste con decir Gulden Draak. Ahora podemos entender un poco el porqué de la forma de la botella.
Al servir en copa nos encontramos con una cerveza coronada con una espesa espuma de color blanco y que nos va a durar durante todo el tiempo que vamos a pasar con ella. El color de la cerveza es un ocre dorado con un continuo y abundante burbujeo.
Nos la llevamos a nariz y vamos a notar distintos aromas maltosos a especies y frutas, algo que se nota mucho durante el sorbo y al paso por boca. Estamos ante una cerveza doble y con buena carga de alcohol que iremos notando poco a poco predominando sobre otros matices menores, como el amargor.
En resumen estamos ante una cerveza fuerte y maltosa que deja un sabor dulzón algo extraño que a mi personalmente no me ha dicho mucho. El 9% en amarillo de la etiqueta, sobre el que vuela un pajaro muy de twitter, será lo más representativo tiempo después de terminarla. Lo dicho, no ha sido una cerveza que tras un sorbo mi cuerpo pidiera otro y otro. ¿ La has probado y te ha pasado igual?
